En un mundo en el que la comida rápida y los alimentos procesados están por todos lados, es difícil saber qué es lo mejor para nuestros pequeños. Sin embargo, el control excesivo y restricción alimentaria pueden ser contraproducentes cuando buscamos la alimentación saludable en los niños.
La flexibilidad en la alimentación infantil es importante para garantizar que tu peque tiene una buena relación con la comida, sin dejar de lado los hábitos alimentarios saludables.
¿CÓMO ENCUENTRO EL PUNTO MEDIO?
Parece muy fácil hablar de flexibilidad dentro del contexto de una dieta saludable, pero a la hora de ponerlo en práctica…¿Cómo encuentro el punto medio?
A mi me gusta seguir una estrategia llamada "no prohibir, no ofrecer”.
Este enfoque se basa en la idea de no prohibir ciertos alimentos a nuestros hijos, pero tampoco ser nosotros quienes se los ofrezcamos. En lugar de eso, ofrecemos una variedad de alimentos saludables y permitimos que nuestros hijos elijan qué comer y cuánto comer. Esto les da un sentido de autonomía y les ayuda a desarrollar una relación saludable con la comida.
MEJOR CON UN EJEMPLO
Para comprenderlo mejor, me gustaría poneros un ejemplo con una situación que se da de forma bastante habitual en las familias:
Vamos a visitar a la abuela y esta le ofrece un dulce. Tú sabes que ese no es el mejor alimento que le puedes ofrecer a tu peque, pues está lleno de azúcares ¿Qué haces ahora?
OPCIÓN 1: decirle a tu hijo que no puede comer ese alimento porque no es bueno para su salud.
OPCIÓN 2: permitir que el peque elija si comer o no ese alimento, pues sabes que sus hábitos diarios son saludables y la flexibilidad también es muy importante.
¿Sabes qué se le pasa por la cabeza al peque cuando le prohíbes ese alimento?
Como ves, la prohibición de ciertos alimentos puede fomentar un enfoque negativo de la alimentación y hacer que los niños sientan culpa o vergüenza cuando comen ciertos alimentos, creando un círculo vicioso de curiosidad y culpabilidad del que es difícil salir.
Por el contrario, si escoges la OPCIÓN 2, dejarás que sea el peque quien elija disfrutar ese alimento, pero sin dejar de crear un entorno saludable en el que tú le seguirás ofreciendo alimentos saludables para construir hábitos día a día.
Recuerda, una buena estrategia para ser flexible con la alimentación de tus peques, pero sin dejar de lado los buenos hábitos saludables es “no prohibir, no ofrecer”.
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