Con el comienzo del año y el fin de las fiestas todos aprovechamos para marcarnos unos propósitos. Algunos propósitos muy comunes, que seguro que hemos escuchado o incluso nos hemos propuesto cumplir, son bajar de peso e ir al gimnasio todos los días. Generalmente, la idea de estos propósitos es la mejora de nuestra salud pero, a veces, en la búsqueda de un estilo de vida "saludable" perdemos la salud por el camino.
Las dietas
Estamos continuamente bombardeados con todo tipo de dietas para adelgazar, hacer detox, etc. Y muchas veces, desde el desconocimiento, nos creemos todo lo que nos prometen: "adelgazarás 10kg en tan solo 2 semanas" o "con esta dieta limpiarás todo tu organismo de sustancias tóxicas". Pero déjame decirte que nada es tan bonito como parece.
Las dietas restrictivas: son aquellas que te prometen una milagrosa bajada de peso en poco tiempo y básicamente consiste en restringir lo máximo durante un periodo de tiempo algo prolongado. Este tipo de dieta, a parte de ser una farsa, son muy peligrosas. Por un lado, aunque llegues a perder mucho peso durante la dieta, al ser tan restrictiva llegará un punto en el que no podrás continuarla y entres en una fase de atracones (debido a la restricción) donde recuperarás el peso perdido e incluso más: es el conocido efecto rebote. Pero no es la única consecuencia, también te generará una mala relación con la comida, ya que ese tipo de dietas se basan en simplemente contar calorías sin tener en cuenta el aporte nutricional de los alimentos (no son solo kcal, son proteínas, grasas, hidratos, minerales y vitaminas que tienen sus funciones en nuestro cuerpo) así como en clasificar alimentos en "buenos" y "malos", generando culpa al ingerir los considerados "malos". Este tipo de dietas son el principal factor precipitante para desarrollar un TCA (Trastorno de la Conducta Alimentaria). Además, también pueden generar problemas médicos, ya que al restringir tanto no aportamos al cuerpo los nutrientes necesarios y podemos desarrollar enfermedades debido a las carencias nutricionales, como por ejemplo anemia por falta de hierro.
Las dietas detox: estás dietas te prometen limpiar tu organismo de sustancias tóxicas, muchas veces vendiendo productos "detox". Nuestro cuerpo ya tiene formas para limpiar estas "sustancias tóxicas", como por ejemplo a través del hígado, por lo que no es para nada necesario que tú lo detoxifiques. No voy a hablar de ningún producto ni marca en específico (aunque seguro que hay un nombre que se te viene a la cabeza), pero este tipo de productos lo único que van a conseguir seguro es sacarte el dinero e, incluso, afectar negativamente a tu salud.
El gimnasio
Querer aumentar la actividad física en tu día a día está muy bien, pero antes de apuntarnos al gimnasio vamos a hacernos una pregunta: ¿por qué razón nos queremos apuntar al gimnasio? Seguramente la respuesta sea: por salud, pero si ahora te dijera que por mucho que vayas al gimnasio tu cuerpo no va a cambiar físicamente, que no vas a adelgazar o a aumentar el volumen de tus bíceps, ¿seguirías queriendo ir al gimnasio con las mismas ganas?
Si después de plantearte esto, se te han quitado las ganas de ir al gimnasio, entonces es que no estás haciendo ejercicio por las razones adecuadas. Céntrate en mejorar tu resistencia, en encontrarte más activo durante el día, en descargar tu estrés, etc. De esta forma, y no pensando solo en el físico, sabremos que estamos haciendo ejercicio de forma sana. Y no hace falta que sea ir al gimnasio, puedes apuntarte a cualquier deporte que te guste o puedes ir a pasear, por ejemplo.
Por lo tanto, este año céntrate mejor en cambiar tus hábitos poco a poco, tanto los relacionados con la alimentación como los relacionados con el ejercicio, y en caso necesario, contacta con un profesional que sepa guiarte de forma adecuada. Y cuidado con todos aquellos anuncios y noticias sobre dietas y ejercicios "milagrosos", que más bien pueden llegar a ser peligrosos.
¡Y feliz 2023!
Jessica Dembilio
Dietista-Nutricionista especializada en TCA
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